
Erase una vez un señor que a todo el mundo le contaba que él, a pesar de su hermano ex ministro y de sus millones hechos a las barbas militares de entonces, había sido un niño muy, pero muy valiente y había votado que NO para que el tío cuasi permanente se fuera a jubilar al parlamento en su calidad de demócrata incorruptible.
Este señor estaba la noche del 24 de diciembre en su oficina, mirando desde un altísimo piso la ciudad, mientras con sus bracitos de niño, cortitos y regordetes , repasaba los 100 teclados de sus 100 computadores para ver donde subían y donde bajaban las acciones y verificar si los últimos datos que le habían dados eran buenos o no. Total, pagar un par de multas por el 10 % del valor embuchado valía demás la pena.
También mantenía a un ejército de secretarias revisando que en todas las empresas, que nunca creó, sólo compró, estuvieran los empleados trabajando sin cesar. Incluso esta vez se superó a si mismo. Como era año eleccionario, segunda vuelta incluida, había obligado a su hermano, cantante que no canta, negociante sin negocio, cesante permanente, ricachón sin plata a trabajar, durante la cena de navidad. Se debe aclarar que la cena para ese hermano en particular consiste en tratar de no atropellar peatones con su tanque, en estado poco santo como la ocasión lo ameritaría.
Este pobre hermano le rogó y rogó, con las lágrimas cayéndole por la desvergonzada ponchera que tenía un menage a trois al que no podía faltar, ya que era él y no otro el celebrado con un escenario de látex y figuras inflables tipo pesebre natural, que porqué esa noche en particular, si nunca había trabajado en su vida. Pero el hombre de los ojos abiertos como el lobo feroz, sonrisa de pasta dental y bracitos de niño verdosos de billetes, sin remordimiento en el alma, lo mandó a componer el himno del triunfo en fondo regeatonero, con tintes cumbiancheros y un leve dejo de cueca campesina con charangos y quenas andinas.
Feliz miraba la ciudad sin asomo de piedad cuando un aire frío se coló por su ventana y las luces desaparecieron dejando a la vista una figura transparente, fantasmal, pero conocida.
Cara redonda, pelado, grandes anteojos, voz meliflua pero firme, figura emblemática y reconocida del gobierno del tío cuasi permanente. Era él, el mismísimo fundador del partido que le quería decir como hacer las cosas. No le dio susto por si mismo, sino que cuando, en un primer instante, creyó que le venía a robar los secretos accionarios, pero desechó el pensamiento rápidamente. Para qué le pueden servir las acciones a un fantasma. Aunque, por otro lado, este fantasma en particular mantenía comunicación con un cacique del partido enemigo aliado y podrían hacerle perder varios millones en la bolsa, sólo para darse un gustito personal.
Entonces, sacando su voz de macho más macho le espetó: vienes a espiarme y lograr que Pablito me desbanque?
NNNNOOOO (voz de semi ultratumba) soy el fantasma de tus navidades pasadas, pero también de las presentes y las futuras, porque la campaña nos dejó algo corto de fondos y estamos trabajando triple jornada. Pero lo peor es que gracias a tu hermano ex ministro, no tenemos derecho a sindicato, ni alegatos, ni horas extras ni nada y el caballero de arriba no atiende razones ya que no se cree el cuento de nuestra infinita bondad humana declarada en el período de mi tío cuasi permanente. Vieras como lo hace trabajar a ese. Lo tiene de mozo de un montón de roticuajos comunistoides humanoides. Si hasta la Gladys lo manda a hacerle la pieza, así que vamos al grano que aún tengo que visitar unos cuantos miserables más.
El fantasma, en pos del beneficio del tiempo y la productividad le dio tres alternativas:
Hacemos el camino largo y te llevo a tu desdichada niñez donde tu papá no te compró acciones del estado, después volamos al llanto desconsolado de tu hermano que se perdió la fiesta y va a tener que celebrar contigo de manera tradicional y sin boina, lo que en sí es una desgracia mayúscula y después nos vamos a tu funeral donde habrá una pila de gente llorando tu partida y cobrando su pena a la salida del cementerio, mientras tus hijos se hacen chupete la plata que tan prolijamente acumulaste y que ellos prefieren gastar al estilo del hermano carretero e incombustible,
Hacemos el camino corto, te arrepientes de tus impúdicas ganancias especulativas y poco productivas, te adscribes de inmediato al fideicomiso ciego, pero vendes el canal de televisión, la línea aérea, el equipo de fútbol que no es de tus amores, te vas a vivir a La Florida como cualquier ciudadano de clase media y eres presidente por cuatro año viviendo la vida como asceta, sin operarte nunca más los ojos,
Mantienes todas tus empresas, haces un lulo con el fideicomiso y se lo das de comer por la puerta de atrás a la concertación, sigues en la carrera presidencial como hasta ahora, con la balanza inclinada a favor del narigón quien ganará por mocos colgando, pero te creamos Líneas Aéreas Norteamericanas y Líneas Aéreas Unión Europea y eso tendría un costo de mantención anual del partido enemigo aliado al que le pagarías el sueldo por cuatro años, eso sí que sólo a la plana directiva y a uno que otro operador político y deberás financiar la campaña presidencial de Joaco en el 2014.
!!!!!!!!!ELIGE PECADOR!!!!!!!!!!!
Pobre mortal. Ninguna alternativa era suficientemente buena, en todas perdía algo, cosa a la que no estaba acostumbrado hacía largos años.
Entonces le dijo al fantasma:
Mira viejo querido, en nombre de lo más granado de nuestra sociedad, a la cual yo quiero representar con modestia, con un nuevo estilo de gobierno, donde los corruptos no tengan cabida y donde mantendremos lo mejor de la protección social, avanzando en la reducción y modernización del estado te propongo lo siguiente; vuelve mañana una vez que me haya reunido con los asesores de tontuco y veré que opción le conviene al país que nosotros, incluyendo tu partido , queremos para las mayorías felices de ser dirigidas por mi.
En eso estaba, cuando el celular del fantasma sonó, se escuchó una voz desde mucho más allá del más allá desde donde se comunica con el futuro presidente partidario, su cara se demudó, y balbuceante trató de articular una explicación: no Señor, no me ha ganado, no está negociando conmigo, estamos viendo la mejor manera de velar por los intereses de esta gran nación. No Señor, le repito, no es que él se quiera quedar con todo lo que tiene y además La Moneda, es sólo que debo cuidar por mi partido también, perdón Señor, por mi ex partido. Pero no se olvide que nosotros decíamos que nuestro partido era el suyo.
Bueno señor, me voy adonde el otro a ver si sacamos algo. En este caso en particular recomiendo que no sigamos adelante con la negociación a riesgo de que quede en la mesa directiva con mayoría de votos y nos privatice, nos internacionalice y nos corporativice.
Estimado amigo, por órdenes superiores me retiro, te deseo la mejor de las suertes, aunque confío que no ganarás, porque si no, también tendré que ir, en condición fantasmal, para ti a trabajar.
Dicho y hecho. El fantasma desapareció y el verdadero final de esta historia para después de la segunda vuelta el 17 de enero del 2010.












