martes, 12 de enero de 2010

Paranormal

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Listado de ocupaciones inútiles obligatorias para los pobres ciudadanos que hacen vivir a una masa de flojos sin trabajar.
En orden de importancia en esta primera entrega:
Cuidadores de autos: personaje(s) mayoritariamente oscuros de intenciones, que junto al cobrador municipal te ayuda a estacionarte o desestacionarte debido a su amplia experiencia en el manejo de todo tipo de vehículos. Uno llega a suponer que compitieron en el Dakar que no se corre en Dakar. Algunos cobran anticipadamente sus servicios de no rayarte el auto o, en su defecto, la cara. Todos los alcaldes de las comunas pudientes hablan del problema, igual que Carabineros, pero no se notan esfuerzos por erradicarlos. Se supone que bajan las tasas de cesantía y que prestan un servicio comunitario de inigualable valor,
Limpiadores de parabrisas: Habitualmente jóvenes provenientes de los barrios negros de Nueva York, a juzgar por las ropas, que en un fluido inglés se te tiran encima del auto con unas botellas de líquido inimaginable tratándote familiarmente, tipo tío, tía, hermanito, amigo, mi reina, etc. y tienen la voluntad inquebrantable una vez que la víctima fue localizada con el GPS interno. No hay razones, movimientos de brazos o malas palabras que los detengan, Cuando alcanzas a reaccionar, el vidrio está viscoso y no queda más remedio que darles una moneda para que uno pueda seguir viendo y, por ende, manejando. No se les obliga a irse ya que se determinó que eran jóvenes emprendedores y mini empresarios y que también prestan un servicio comunitario de inigualable valor,
Guardias de seguridad en Malls, supermercados y similares: Se suponen que están para cuidar los intereses de sus patrones y de yapa la seguridad de los clientes de los posibles ataques de los malandrines. Se visten con uniforme azul sucio y gorras tipo militar abandonado a su suerte. Se pasean tratando de aparecer imponentes y miran feo, muy feo a cualquier cliente que entre. Si sus ojos de lince detectan una anomalía, la agarran le pegan, la encierran, la sueltan y después tienen que aguantar el juicio porque la persona era efectivamente un honesto cliente. Lo curioso es que cuando de verdad entra un avieso personaje con malas intenciones, siempre están en el baño, o se desmayan de la angustia y les entregan las armas, las claves de la caja fuerte y les dan una mano a los pobres desposeídos,
Guardias de seguridad municipal: últimamente los están vistiendo bastante más elegantes que sus colegas anteriores, con excepción de las comunas pobres donde los visten de soldados de la guerra de 1879. También les suelen dar camionetas, motonetas, bicicletas, patinetas y cornetas de alarma. Según el ideario popular están para cuidar la comuna aunque se han hecho más famosos por sus partes empadronados cuando nadie los ve, los siente o los huele. Lo bonito es que varias veces los partes corresponden a autos que jamás han estado en la mentada y maldecida comuna. Pero no importa, se ven impresionantes con sus uniformes de SWAT y su palabra es la ley, que no existe en ningún aviso del Congreso. Su importancia radica en mostrar el poderío económico de ese lugar de la ciudad y de regalo, aumentar fuertemente las arcas municipales con su asumido paralelismo a Carabineros de tránsito.

Continuará………….