domingo, 9 de mayo de 2010

COCA COLA

Ecuador: Patricio Sarmiento Reinoso

Habían cinco personas el la fila, cuando me puse detrás. La segunda parte de la función tardaría por lo menos veinte minutos más, así que tenía tiempo suficiente para otra dosis de papas fritas y soda helada.

Desde que me incluí en la columna, me fijé en la forma rara del tipo que se encontraba un puesto delante de mi, un tipo de estatura baja, con el pelo engominado hacia atrás y sus manos siempre dentro de los bolsillos de su sobretodo color carne, parecía muy nervioso, por el modo que no paraba de mover su pierna izquierda mientras esperaba, miraba hacia todos lados y un instante me pareció que se dirigía a mi en un balbuceo que no pude entender.

— ¿Perdón?— Le dije, sin obtener ninguna respuesta, así que no le presté atención. La fila no se movía y el hombre parecía estar cada vez mas nervioso, un amigo del dependiente detenía la fila y le hacía conversación.

— ¿No es esto increíble?— Decía hacia nadie, tocándose el pelo con las manos. —Deben tener más respeto por las personas. ¡Hey, muévanse allá adelante!

—Yo solo quiero una coca cola— Me dijo volviéndose parcialmente hacia mi, sin dejar ese movimiento en las piernas que me estaban empezando a irritar. Se tocaba la frente, se paraba de puntillas, se golpeaba los muslos con ambas manos, sin dejar de refunfuñar un instante. La verdad es que desde que llegué, no se había movido la fila ni un centímetro, y eso, sumado al nerviosismo del de adelante, me estaba empezando a impacientar.

— ¡Que pasa! ¡Muévanse pues chucha!...

El amigo del dependiente, al escuchar las palabras del impaciente, sonríe sarcásticamente, se arrellana mas cómodamente en su lugar y le enseña sin mirarlo siquiera, su dedo medio, como si estuviera diciéndole “Ándate a la mismísima mierda cabrón…”

De pronto, en un abrir y cerrar de ojos, el tipo saca un cuchillo de su bolsillo derecho y ¡Zasss! Le clava en la espalda a la persona de adelante, luego le toma del cuello al siguiente, haciéndole un corte en plena yugular, al otro le patea en las bolas y le acuchilla en las costillas, al siguiente le abre de un solo impulso el vientre, dejando al descubierto sus entrañas, y llega en cuestión de segundos donde el amigo del dependiente. Éste lo mira estupefacto cuando le inserta la daga en la mitad de los ojos, ahora le toma por el cuello de la camisa al dependiente, y le murmura en el oído, «Quiero una coca cola ». Atónito el dependiente, le extiende un vaso plástico y le entrega la bebida. El tipo paga y se retira.

Cuando pasa por mi lado me mira, un frío intenso me deja sin aliento en ese instante, se para de puntillas y me susurra « Es que tenía mucha sed», luego se limpia la sangre pegada en sus manos en una de las paredes, y se dirige muy tranquilo hacia la sala dos, donde presentan el estreno de “AVATAR”…






© Patricio Sarmiento Reinoso es Ingeniero Comercial, Escritor de Oficio, Poeta y Cantor, nacido en la Ciudad de Cuenca, Ecuador. http://patriciosarmiento.blogspot.com