viernes, 21 de mayo de 2010

Por Gastón Bertrand Garretón

Marda Mordo go go DA DA.

Esperando la noche llego Marda Mordo go go extraño amigo enemigo. Lo esperaba en mi Zodiac al lado del submarino Simpson en pleno río Calle Calle. Me abraza el Marda un abrazo sincero apasionado lleno de presión loca. Partimos rumbo a Niebla los dos o los tres no sé, pero da igual, el viento disimula todo. Entre conversa y conversa, Marda Mordo me confiesa algo, un algo lleno de un mundo de no saber lo que sí es. Su confesión sincera me lleva a dar la vuelta de mi Zodiac rumbo a Valdivia. Llegamos al submarino Simpson y esta él, él chico Altamirano, capitán del submarino, con su gorra de marinero y sus ojos llenos de lágrimas. Un encuentro único, las estrellas, las nubes, y ellos y yo, también espectador. En plena calle, Marda Mordo go go abraza al chico y se funden en la noche. Yo quedo a la deriva en mi interior superficial, pienso: la parejita extraña.