Martes, 12 de Enero de 2010A pesar de que no da lo mismo quien gane las elecciones presidenciales el próximo domingo, ésta debe constituirse en una fiesta democrática de la que debemos enorgullecernos los chilenos. Pocas naciones a una semana de una elección presidencial pueden darse el lujo de esperar un evento de esta magnitud con tanta tranquilidad y confianza. El país seguirá funcionando normalmente hasta el día anterior a la elección y lo mismo ocurrirá al día siguiente. Aunque el resultado no guste, pocos pondrán en duda su veracidad y nadie osará rebelarse al veredicto popular. Éste es el Chile por el cual luchamos hace dos décadas atrás, y del cual podemos sentirnos orgullosos de ser parte de él. A pocos días de la segunda vuelta es probable que los candidatos y parte de sus adherentes más cercanos lancen dardos poco amistosos a su contendor, y que algunos de ellos incluso falten a la verdad, pero esto que no debiera ser, forma parte del juego eleccionario. Somos los electores quienes debemos estar alerta para no dejarnos engañar por estas triquiñuelas que pretenden cazar a electores incautos o indecisos, que no siempre deciden las elecciones, pero que son un manjar apetecible al momento de querer asegurar una elección, sobre todo la del domingo que se visualiza estrecha. El domingo, gracias a Dios, como diría también un ateo, no está en juego la democracia, la propiedad privada, la libertad religiosa y/o de pensamiento, como tampoco los derechos humanos. Lo que está en juego es la forma de solucionar los problemas sociales que aún mantiene Chile, a pesar de lo mucho que se ha avanzado durante los gobiernos de la Concertación. Los ciudadanos, éste fin de semana, deben optar entre el progreso logrado con respeto a la persona humana (la economía al servicio de la gente), o el progreso logrado en base a las frías leyes del mercado (la gente al servicio de la economía). Situación que a veces pasa desapercibida por la vorágine de propaganda, que sublima más al candidato que a su programa de gobierno. Si para una fiesta común y corriente hay que mentalizarse, con mayor razón debe ocurrir esto cuando estamos invitados a una fiesta cívica. Participar en ella con alegría por vivir en un país democrático, con respeto por el adversario que es sólo eso y no un enemigo y con responsabilidad porque al momento de sufragar lo hacemos en el convencimiento que conocemos y comulgamos con el programa de gobierno propuesto por el candidato predilecto, debiera ser el sino de todos los electores. Quien crea que la patria está en peligro si sale el candidato adversario o bien crea que su candidato viene a salvarla, no sabe valorar el país en que vive. Yo si bien ya tengo decidido mi voto, no tendré ningún trauma de darle la mano a mis adversarios si es que su candidato es el elegido y no el mío. Así debe ser la democracia, así se debe participar en la fiesta cívica del domingo 17
Comentario de Tito Tiranda.:
Antes que nada es conveniente y prudente que ustedes sepan que este columnista de diario Regional es, Demócrata Cristiano, ex Seremi de Educación y Demócrata de tomo y lomo.
Pues bien, hoy en el mismo periódico solicita a viva voz algo que talvez la mayor parte de los chilenos compartimos con él. “que se vayan”.
Ese sentido “que se vayan”, se refiere ni mas ni menos que a aquellos políticos de sus propias huestes, saurios, poco demócratas (porque deciden entre cuatro paredes), porque pertenecen a castas, dinastías o cofradías políticas; del mismo apellido, descendencia y ascendencia y que en definitiva lo único que quieren es perpetrarse en el poder, seguir haciendo nada pero diciendo que hacen todo; seguir diciendo que vienen a ser servidores públicos cuando en realidad vienen a servicio de lo público ..de lo privado … de los demás… de los ingenuos e incautos (casi todos nosotros); porque entonces, no hacemos una lista de aquellos políticos que aún siendo de nuestras corrientes o creencias la mayoría se alegrarían que no estén? Puedo empezar?: Camilo Escalona, Juan Latorre, Gutenberg Martínez, Patricio Tombolini, Guido Girardi, Gabriel Ascencio, Alejandro Navarro, Fernando Flores, Jorge Schaulson, Victor Rebolledo, Andrés Zaldívar, José Piñera, Jovino Novoa, Andrés Allamand, Patricio Melero, Juan Coloma, Patricio Aylwin, Lily Pérez, Eugenio Bauer, Marcelo Shilling, Alberto Cardemil, Maximiano Errazuriz, Alejandro García, Lorenzini, Iván Moreira, Carla Rubilar, Mº Antonieta Saa, Laura Soto, Alberto Espina, Eduardo Frei, Carlos Larraín, Jaime Naranjo, Ricardo Nuñez, Víctor Pérez, Adolfo Zaldívar, …. Se fijan cuanto dinero ahorramos? Creen ustedes de todo corazón que si ellos se van este país lo notará?, etc.
Agradecemos desde ya, los nombres olvidados y su correcta incorporación a esta nómina.












